¡TIENEN LOS SERES HUMANOS ÁNGELES DE LA GUARDA INDIVIDUALES?

La Biblia claramente nos dice que Dios envía ángeles para nuestra protección: 
«Él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos. Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna» (Sa191: 11-12).
Pero algunos han ido más allá de esta idea de protección general y se preguntan si Dios designa un «ángel de la guarda» específico para cada individuo del mundo, o por lo menos para cada creyente. Se ha hallado respaldo para esta idea en las palabras de Jesús en cuanto a los niños: «En el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial» (Mt 18: 10).
Sin embargo, nuestro Señor puede simplemente haber estado diciendo que los ángeles que han sido asignados a la tarea de proteger a los niños pequeños tienen acceso libre a la presencia de Dios. (Para usar una analogía atlética, los ángeles pueden estar jugando una defensa de «zona», en lugar de una defensa «de hombre a hombre»).
El que los discípulos, de Hechos 12:15 hayan creído que el «ángel» de Pedro pudiera haber estado tocando a la puerta, no necesariamente implica que creían en un ángel de la guarda individual. Pudiera ser que creían que un ángel estaba guardando o cuidando a Pedro en ese momento. Parece, por consiguiente, que no hay en el texto de la Biblia ningún respaldo convincente a la idea de que existen «ángeles de la guarda» individuales.
LOS ÁNGELES NO SE CASAN.
Jesús enseñó que en la resurrección los seres humanos «no se casarán ni serán dadas en casamiento, sino que serán como los ángeles que están en el cielo» (Mt 22: 30; Lc 20: 34-36). Esto sugeriría que los ángeles no tienen el tipo de relaciones familiares que existen entre los seres humanos. Por lo demás, la Biblia guarda silencio en este punto, así que es sabio no intentar darse a la especulación.
NOTA: 0tra posibilidad es que «ángel. En Mt 18: 10. Y en Hch 12: 15 (en donde los discípulos piensan que el “ángel" de Pedro está llamando a la puerta) quiere decir no un ser angélico sino el «espíritu) de la persona que ha muerto; Para una defensa de esta opinion vea B. B. Warfield, «The Angels of Christ's "Linle Ones,"» en Selected Shorter Writings, ed. John E. Meeter (Presbyterian and Reformed, Nutley, N.]., 1970), 1: 253-66; también O. A. Carson, «Matthew», EBC, 8:400-401.
El problema con esta interpretación es que no se ha hallado ningún ejemplo claro en donde la palabra ángel (gr. angelos) quiera decir «espíritu de una persona que ha muerto». Warfield (pp. 265-66), seguido de Carson, cita dos supuestos ejemplos de literatura Judía extrabíblica: 1 Enoc 51:4 y 2 Baruc 51:5,12. Pero estos pasajes no son convincentes.
1 Enoc 51:4 simplemente dice: «y las caras de [todos] los ángeles del cielo se iluminarán de gozo. (R. H. Charles, The Apocrypha and Pseudo pigrapha of the Old Testament, 2 vols. [Clarendon Press, Oxford, 1913], 2: 219), pero no dice que las personas se convertirán en ángeles. 2 Baruc 51:5 indica que los justos serán transformados «en el esplendor de ángeles. (Charles, 2:508), pero esto simplemente quiere decir que resplandecerán como los ángeles, no que se convertirán en ángeles.
En dos pasajes relacionados, 2 Baruc 51: 12 afirma que los justos tendrán excelencia «superior a la de los ángeles., y 2 Baruc 51: 10 dice que «serán hechos como ángeles. (Charles, 2: 509), pero estos pasajes no dicen que las personas se convertirán en ángeles, tampoco. Es más, puesto que no hay ningún texto griego existente disponible para ninguno de estos tres pasajes (1 Enoc es un texto etíope con algunos fragmentos griegos y 2 Baruc es un texto siriaco), na son útiles para determinar el significado de la palabra griega angelos.
Warfield también cita a Acts of Paul and Thecla, ed. Tischendorf, p. 42, para. 5, ad finem, como diciendo: «Bienaventurados los que temen a Dios, porque ellos llegarán a ser ángeles de Dios., pero el texto data del siglo segundo d.C. (ODCC. p. 1049) Y no es una fuente confiable de información respecto a lo que la iglesia primitiva creía o lo que enseña el Nuevo Testamento.

0ebemos notar que esta afirmación de Jesús surge en respuesta a la pregunta de los saduceos respecto a una mujer que se había casado siete veces, y que Jesús dijo que la pregunta de ellos mostraba una falta de conocimiento tanto de la Biblia como del «poder de Dios. (Mt 22: 29). La respuesta de Jesús, por consiguiente, deberla confortamos y no inquietamos; debemos contemplar al cielo, no con la tristeza por una expectación de relaciones interpersonales disminuidas, sino con la alegría de la perspectiva de relaciones más ricas. (Vea en el capítulo 20, pp. 431-32 una consideración de «los hijos de Dios. Mencionados en Gn 6: 2,4).