1. SATANÁS FUE EL ORIGINADOR DEL PECADO.
Satanás
pecó antes que lo hicieran los seres humanos, como se evidencia por el hecho de
que (en la forma de serpiente) tentó a Eva (Gn 3: 1-6; 2ª Ca 11: 3). El Nuevo
Testamento también nos informa que Satanás «desde el principio [fue] un
asesino» y «un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!» (Jn 8: 44). También nos
dice que «el diablo ha estado pecando desde el principio» (1ª Jn 3: 8). En
estos dos textos la frase «desde el principio» no implica que Satanás fue
maligno desde el momento en que Dios empezó a crear el mundo (desde el
principio del mundo) ni desde el principio de su existencia (desde el comienzo
de su vida), sino que más bien «desde el principio» separa la historia del mundo
(Génesis 3 y aun antes). La característica del diablo ha sido la de originar el
pecado y tentar a otros a pecar.
2. LOS DEMONIOS SE OPONEN A LA OBRA DE DIOS Y TRATAN DE DESTRUIRLA.
Así
como Satanás tentó a Eva para que pecara contra Dios (Gn 3:1-6), también trató
que Jesús pecara y que fracasara en su misión como Mesías (Mt4: 1-11). La
táctica de Satanás y de sus demonios es usar mentiras (Jn 8: 44), engaños (Ap
12: 9), asesinato (Sal106: 37; Jn 8: 44), y toda otra clase de actividad
destructiva que lleve a las personas a alejarse de Dios y a destruirse a sí
mismas.
Los
demonios probarán con toda táctica para cegar a las personas a la verdad del
evangelio (2ª Co 4: 4) y mantenerlos esclavos a cosas que les dificulta
acercarse a Dios (Gá 4: 8). También procurará emplear la tentación, la duda, la
culpa, el temor, la confusión, la enfermedad, la envidia, el orgullo, la
calumnia y cualquier otro medio posible para dificultar el testimonio y la
utilidad de los cristianos.
NOTA: Juan con frecuencia de refiere al «mundo» o a
«este mundo» como el presente sistema malo mundial que se opone a Dios: Juan 7:
7; 8: 23; 12: 31; 14: 17, 30; 15: 18, 19; 16: 11: 17: 14. Las Escrituras no
enseñan que Satanás controle todo el mundo, pero sí que controla el sistema
pecaminoso que se opone a Dios. Comparar con la frase de Pablo «el dios de este
mundo» (2ª Co 4: 4). Cp. Juan 10: 10: «El ladrón no viene nada más que a robar,
matar y destruid).
3. CON TODO, LOS DEMONIOS ESTÁN
LIMITADOS POR EL CONTROL DE DIOS Y TIENEN PODERES LIMITADOS.
El
estudio de Job deja bien en claro que Satanás solo podía hacer aquello que Dios
le permitiera y nada más (Job 1: 12; 2:6). Los demonios están «perpetuamente encarcelados»
(Jud 6) y los cristianos pueden resistirlos con éxito por medio de la autoridad
que Cristo les ha dado (Stg 4: 7).
Además,
el poder de los demonios es limitado. Después de rebelarse contra Dios ellos ya
no tienen el poder que tenían cuando eran ángeles, porque el pecado es una
influencia debilitante y destructiva. El poder de los demonios, aunque significativo,
es, por tanto, probablemente menor que el de los ángeles.
En
cuestiones de conocimiento, no debemos pensar que los demonios pueden conocer El
futuro ni que pueden leer nuestras mentes o conocer nuestros pensamientos. En
muchas partes del Antiguo Testamento, el Señor se manifiesta a sí mismo como el
Dios verdadero para distinguirse de los dioses falsos (demoníacos) de las
naciones mediante el hecho de que solo él puede conocer el futuro. «Recuerden
las cosas pasadas, aquellas de antaño; yo soy Dios, y no hay ningún otro, yo
soy Dios, y no hay nadie igual a mí. Yo anuncio el fin desde el principio;
desde los tiempos antiguos, lo que está por venir» (Is 46: 9-10).
Ni
siquiera los ángeles conocen el tiempo del regreso de Cristo (Mr 13: 32), y no hay
indicación en las Escrituras de que ellos o los demonios sepan algo acerca del futuro.
Con respecto al conocimiento de nuestros pensamientos, la Biblia nos dice que Jesús
conocía los pensamientos de las personas (Mt 9: 4; 12: 25; Mr 2: 8; Le 6: 8;
11: 17) y que Dios conoce los pensamientos de las personas (Gn 6: 5; Sal 139: 2,
4, 23; Is 66: 18), pero no hay ninguna indicación de que los ángeles o los
demonios puedan saber nuestros pensamientos. De hecho, Daniel le dijo al rey
Nabucodonosor que solo alguien que hablara en nombre del Dios del cielo podía
decirle al rey lo que había soñado:
A Esto Daniel Respondió: No Hay Ningún Sabio Ni Hechicero, Ni Mago O
Adivino, Que Pueda Explicarle A Su Majestad El Misterio Que Le Preocupa. Pero Hay
Un Dios En El Cielo Que Revela Los Misterios. Ese Dios Le Ha Mostrado A Usted
Lo Que Tendrá Lugar En Los Días Venideros. Éstos Son El Sueño Y Las Visiones
Que Pasaron Por La Mente De Su Majestad Mientras Dormía (Dn 2: 27-28)."
Pero
si los demonios no pueden leer la mente de las personas, ¿cómo podemos entender
los informes contemporáneos de brujos, adivinos y otras personas evidentemente
sujetas a influencias demoníacas que son capaces de decirles a las personas
detalles exactos de sus vidas que pensaban que nadie conocía, tales como (por
ejemplo) qué alimento tomaron para el desayuno, dónde escondían dinero en sus
casas, etc.?
Muchas
de estas cosas se pueden explicar al darnos cuenta que los demonios pueden
observar las cosas que suceden en este mundo y pueden probablemente sacar
conclusiones de estas observaciones. Un demonio puede saber lo que yo tomé para
desayunar, sencillamente porque me vio tomarlo.
Puede
saber lo que yo dije en una conversación telefónica privada porque escuchó la
conversación. Los creyentes no debieran dejarse descarriar si se encuentran con
miembros del ocultismo o de las religiones falsas que parecen demostrar poseer
esos conocimientos poco comunes de vez en cuando. Sin embargo, los resultados
de la observación no demuestran que los demonios puedan leer nuestros
pensamientos, y nada en la Biblia nos lleva a pensar que ellos tengan ese
poder.
NOTA: Vea las reflexiones sobre e! conocimiento de
Dios del futuro en e! capítulo 11, Pablo también dice: «En efecto, ¿quién
conoce los pensamientos de! ser humano sino su propio espíritu que está en él?»
(1ª Co 2: 11), sugiriendo que no hay ninguna otra criatura que pueda conocer
los pensamientos de una persona (aunque hay que reconocer que la inclusión de
las criaturas angélicas o demoniacas en la idea de Pablo no está tan explícita
en este contexto como en Daniel 2). Vea también 1ª Co 14: 24-25.
Donde la revelación de los «secretos » del corazón
de un visitante es evidencia clara de que Dios mismo está presente, actuando
mediante el don de profecía. Esto es significativo en Corinto. Que estaba lleno
de la adoración a los demonios en los ídolos de los templos (1ª Co 10: 20). Pues
indica que los demonios no podían conocer los pensamientos íntimos del corazón
de una persona. (Hechos 16: 16 no afirma que la joven esclava con espíritu de
adivinación hiciera predicciones confiables, sino que ella obtenía cierta
información de parte de la observación que los demonios hacían de la vida de las
personas.)