HA HABIDO DIFERENTES ETAPAS DE ACTIVIDAD DEMONÍACA EN LA HISTORIA DE LA REDENCIÓN.

A. EN EL ANTIGUO TESTAMENTO:
Debido a que la palabra demonio no se usa con frecuencia en el Antiguo Testamento, puede de primera vista parecer que hay poca indicación de actividad demoníaca. Sin embargo, el pueblo de Israel pecó a menudo sirviendo a los dioses falsos, y cuando nos damos cuenta de que estos «dioses» falsos eran en realidad fuerzas demoníacas, vemos que sí hay bastante material en el Antiguo Testamento que se refiere a los demonios. La identificación de los dioses falsos como demonios se hace explícita, por ejemplo, cuando Moisés dice:
Lo Provocó A Celos [A Dios] Con Dioses Extraños Y Lo Hizo Enojar Con Sus Ídolos Detestables. Ofreció Sacrificios A Los Demonios, Que No Son Dios; Dioses Que No Había Conocido (Dt 32: 16-17).
Además, al reflexionar sobre la práctica horrible del sacrificio de niños, que los israelitas imitaron de las naciones paganas que los rodeaban, el salmista dice:·
Se Mezclaron Con Los Paganos Y Adoptaron Sus Costumbres. Rindieron Culto A Sus Ídolos, Y Se Les Volvieron Una Trampa. Ofrecieron A Sus Hijos Y A Sus Hijas Como Sacrificio A Esos Demonios (Sal 106: 35-37).
Estas referencias demuestran que la adoración ofrecida a los ídolos en todas las naciones que rodeaban a Israel era en realidad adoración a Satanás ya sus demonios.
Esta es la razón por la que Pablo puede decir de las religiones falsas del mundo mediterráneo del primer siglo: «No, sino que cuando ellos ofrecen sacrificios, lo hacen para los demonios, no para Dios» (1ª Co 10 :20). Parece entonces correcto concluir que todas las naciones alrededor de Israel que practicaban la adoración de ídolos estaban involucradas en la adoración de demonios.
Las guerras que los israelitas pelearon en contra de las naciones paganas eran batallas contra naciones que estaban controladas por fuerzas demoníacas y por lo tanto «bajo el control del maligno» (1ª Jn 5:19). Sus batallas eran tanto físicas como espirituales. El pueblo de Israel necesitaba depender del poder de Dios para que les ayudara en la esfera espiritual y en la fisica.
A la luz de esto, es significativo notar que no hay casos claros de expulsión de demonios en el Antiguo Testamento. La analogía más cercana es cuando David tocaba el arpa para el rey Saúl: «Cada vez que el espíritu de parte de Dios atormentaba a Saúl, David tomaba su arpa y tocaba. La música calmaba a Saúl y lo hada sentirse mejor, y el espíritu maligno se apartaba de él» (1ª S 16: 23). Sin embargo, las
Escrituras hablan de esto como un suceso que se repetía (cada vez), lo que implicaba que el espíritu maligno regresaba cuando David se marchaba. Este no era un triunfo completo y eficaz sobre los espíritus malignos como los que encontramos en el Nuevo Testamento.
Consecuente con el propósito de Satanás de destruir todas las obras buenas de Dios, la adoración pagana de ídolos demoníacos se caracterizaba por prácticas tales como el sacrificio de niños (Sal 106: 35-37), el producirse daños corporales uno mismo (1ª R 18: 28; Dt 14: 1), y la práctica de la prostitución como parte de la adoración pagana (Dt 23: 17; 1ª R 14: 24; Os 4: 14).
La adoración de los demonios llevaba generalmente a prácticas inmorales y autodestructivas.
NOTA: Hubo exorcistas judíos en el período entre el Antiguo y el Nuevo Testamentos que intentaron lidiar con las fuerzas demoníacas, pero es dudoso que fueran muy eficaces: Hechos 19: 13 menciona a algunos exorcistas itinerantes judíos que intentaban expulsar demonios en el nombre de! Señor Jesús como una nueva fórmula mágica, aunque no eran cristianos y no tenían ninguna autoridad espiritual de parte de Jesús. Se encontraron con resultados desastrosos (vv. 15-16).
También, cuando Jesús se enfrentó a los fariseos, Jesús dijo: «Ahora bien, si yo expulso a los demonios por medio de Belcebú, ¿los seguidores de ustedes por medía de quién los expulsan?» (Mt 12: 27). Su declaración no significa que sus seguidores tuvieran éxito, sino simplemente que estaban tratando de expulsar demonios, con un éxito limitado. En realidad, e! argumento de Jesús funciona muy bien si ellos estaban generalmente fracasando: «Si mi gran éxito en expulsar demonios es debido a Satanás, ¿entonces a que se debe el éxito limitado de sus seguidores?
Supuestamente a un poder menor de! de Satanás, que evidentemente no es Dios». La sugerencia es que e! poder limitado de los exorcistas judíos no era de Dios, sino de Satanás. Josefo nos deja registrado un ejemplo aparentemente exitoso de exorcismo llevado a cabo por un judío llamado
Eleazar que usaba un conjuro que se decía estaba derivado de Salomón (Antigüedades 8: 45-48; cp. una historia rabínica en Números Rabbah 19: 8; Tobías, el Testamento de Salomón). Resulta dificil saber exactamente cuán extendida estaba esta práctica y cuán exitosa era. Por un lado, Dios mismo podía haber concedido cierto grado de poder espiritual sobre los demonios al remanente fiel de creyentes judíos en todos los tiempos. Él ciertamente protegió en general al pueblo fiel de Israel de las fuerzas demoníacas de las naciones que los rodeaban.
Por el otro lado, no es imposible que Satanás hubiera trabajado a través de judíos incrédulos, así como también por medio de otras culturas incrédulas, para dar cierta apariencia de poder limitado a los exorcistas, brujos, hechiceros, etc., pero siempre con la intención de llevar a las personas a una mayor esclavitud espiritual.
Lo que es cierto es que Jesús vino con un poder espiritual muy superior sobre los demonios que lo que las personas habían visto antes, y ellos se quedaron maravillados. (Emil Schurer escribió un estudio amplio del exorcismo judío, The History ofthe Jewish People in the Ageof Jesus Christ, rev, ingles ed., ed. G. Vemes et al. [3 vals. en 4; T. & T. Clark, Edimburgo, 1973-87], vol. 3.1, pp. 342-61, 376, 440.)
B. DURANTE EL MINISTERIO DE JESÚS:
Después de cientos de años de incapacidad para obtener un triunfo eficaz sobre las fuerzas demoníacas, es comprensible que cuando Jesús llegó expulsando demonios con absoluta autoridad, las personas se quedaran asombradas: «Todos se quedaron tan asustados que se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva, pues lo hace con autoridad!
Les da órdenes incluso a los espíritus malignos, y le obedecen"» (Mr 1: 27). Un  poder así sobre las fuerzas demoníacas nunca se había visto antes en la historia del mundo. Jesús explicó que este poder sobre los demonios era una marca distintiva de su ministerio para inaugurar el reino de los cielos entre la humanidad en una manera nueva y poderosa:
En cambio, si expulso a los demonios por medio del Espíritu de Dios, eso significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes. ¿O cómo puede entrar alguien en la casa de un hombre fuerte y arrebatarle sus bienes, a menos que primero lo ate? Sólo entonces podrá robar su casa Mt 12: 28-29).
El «hombre fuerte» es Satanás, y Jesús lo había atado, probablemente en el tiempo de su triunfo sobre él en las tentaciones en el desierto (Mt 4: 1-11). Durante su ministerio terrenal, Jesús había entrado en la «casa» (el mundo de los incrédulos que están bajo la esclavitud de Satanás) del hombre fuerte, y le estaba arrebatando sus bienes, esto es, liberando a las personas de la esclavitud satánica y llevándolos al gozo del reino de Dios. Era «por medio del Espíritu de Dios» que Jesús hacía esto; el nuevo poder del Espíritu de Dios que actuaba para triunfar sobre los demonios era la evidencia de que en el ministerio de Jesús el reino de Dios había llegado.
C. DURANTE LA ERA DEL NUEVO PACTO:
La autoridad sobre el poder demoníaco no estaba limitado solo a Jesús, porque este dio una autoridad similar a los primeros doce (Mt 10: 8; Mr 3: 15), y luego a los setenta discípulos. Después de un tiempo de ministerio, «cuando los setenta y dos regresaron, dijeron contentos: Señor hasta los demonios se nos someten en tu nombre» (Lc 10: 17). Entonces Jesús respondió:
«Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo» (Lc 10: 18), indicando de nuevo un triunfo claro sobre el poder de Satanás (de nuevo, esto probablemente sucedió en el tiempo de la victoria de Jesús en las tentaciones en el desierto, pero las Escrituras no especifican explícitamente ese tiempo). La autoridad sobre los espíritus inmundos más tarde se extendió más allá de los setenta discípulos a los miembros de la naciente iglesia que ministraban en el nombre de Jesús (Hch 8: 7; 16: 18; Stg 4: 7; 1ª P 5: 8-9), un hecho que concuerda con la idea de que el ministerio en el nombre de Jesús en la era del nuevo pacto se caracterizaba por el triunfo sobre el poder del diablo (1ª Jn 3:8).
NOTA: 0tra interpretación dice que Jesús vio en la misión de los setenta la caída de Satanás. Vea el capítulo 55 para el estudio sobre el milenio.
D. DURANTE EL MILENIO:
Durante el milenio, el reinado futuro de mil años sobre la tierra que se menciona en Apocalipsis 20,!5 la actividad de Satanás y de los demonios estará aún más restringida. Usando un lenguaje que sugiere una limitación todavía mayor de la actividad de Satanás de la que vemos hoy, Juan describe su visión del comienzo del milenio de la siguiente manera:
Vi Además A Un Ángel Que Bajaba Del Cielo Con La Llave Del Abismo Y Una Gran Cadena En La Mano. Sujetó Al Dragón, A Aquella Serpiente Antigua Que Es El Diablo Y Satanás, Y Lo Encadenó Por Mil Años. Lo Arrojó Al Abismo, Lo Encerró Y Tapó La Salida Para Que No Engañara Más A Las Naciones, Hasta Que Se Cumplieran Los Mil Años. Después Habrá De Ser Soltado Por Algún Tiempo (Ap 20: 1-3).
Aquí aparece Satanás descrito como privado completamente de toda capacidad para ejercer influencia en la tierra. Durante el milenio, sin embargo, habrá todavía pecado en el corazón de los incrédulos, que seguirá aumentando hasta el final de los mil años, cuando tendrá lugar una rebelión en gran escala contra Cristo, dirigida por Satanás, quien «será liberado de su prisión» (Ap 20: 7) y acudirá a dirigir esa rebelión (Ap 20: 8-9).
El hecho de que el pecado y la rebeldía persistan en el corazón de las personas aparte de la actividad de Satanás, incluso durante el reino de mil años de Cristo, muestra que no podemos echarles la culpa a Satanás y sus demonios por todo el pecado del mundo. Aun cuando Satanás carecerá de influencia en el mundo", el pecado permanecerá y será un problema en el corazón de las personas.
E. EN EL JUICIO FINAL:

Al final del milenio, cuando Satanás sea liberado de su prisión y reúna a las naciones para la batalla, quedará definitivamente derrotado y «será arrojado al lago de fuego y azufre allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos» (Ap 20: 10). Entonces se completará el castigo de Satanás y de sus demonios.