PRECAUCIONES EN CUANTO A NUESTRA RELACIÓN CON LOS ÁNGELES.

CUIDADO CON RECIBIR FALSA DOCTRINA DE ÁNGELES.
La Biblia nos advierte que pudiéramos recibir falsa doctrina de falsos ángeles. «Aun si alguno de nosotros o un ángel del cielo les predicara un evangelio distinto del que les hemos predicado, ¡que caiga bajo maldición (Gá 1: 8). Pablo hace esta advertencia porque sabe que hay una posibilidad de engaño. Dice: «Satanás mismo se disfraza de ángel de luz» (2ª Co 11: 14).
De modo similar, el profeta mentiroso que engañó al hombre de Dios en 1ª Reyes 13 adujo: (Un ángel, obedeciendo a la palabra del Señor, me dijo: "Llévala a tu casa para que coma pan y beba agua"» (1ª R 13: 18). Sin embargo el texto de la Biblia inmediatamente añade en el mismo versículo: «Así lo engañó».
Todas estas son instancias de doctrina o instrucción falsa traída por ángeles. Es interesante que estos ejemplos muestran la clara posibilidad de engaño satánico para tentarnos a desobedecer las claras enseñanzas de la Biblia o los claros mandamientos de Dios (1ª R 13: 9). Estas advertencias deberían impedir que un creyente se deje engañar por las afirmaciones de los mormones, por ejemplo, de que un ángel (Moroni) le habló a José Smith y le reveló las bases de la religión mormona.
Tal «revelación» es contraria a las enseñanzas de la Biblia en muchos puntos (con respecto a doctrinas tales como la Trinidad, la persona de Cristo, la justificación por la fe sola, y muchas otras), y los cristianos deberían estar advertidos y no aceptar tales afirmaciones.14 El cierre del canon de la Biblia (vea capítulo 3) debería también advertirnos que no habrá revelación adicional de doctrina procedente de Dios, y cualquier afirmación de haber recibido revelación adicional de doctrina de ángeles se debe rechazar de inmediato como falsa.
NOTA: Note también el informe en Lucas 22: 43 de que cuando Jesús estaba orando en el huerto del Getsemaní, «se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo». Este texto tiene atestiguamiento antiguo sustancial.
Por supuesto, hubo ocasiones en la Biblia cuando verdad doctrinal vino por medio de ángeles (Lc 1: 13-20, 30-37; 2: 10-14; Hch 1: 11; Heb 2: 2). Los pasajes de advertencia mencionados arriba prohíben recibir de ángeles doctrina contraria a la Biblia.
NO HAY QUE ADORAR A LOS ÁNGELES NI ORARLES NI BUSCARLOS.
«La adoración de ángeles » (Col 2: 18) era una de las doctrinas falsas que se estaban enseñando en Calosas.
Es más, en el libro de Apocalipsis un ángel le pide a Juan que no lo adore: «¡No, cuidado! Soy un siervo como tú y como tus hermanos que se mantienen fieles al testimonio de Jesús. ¡Adora sólo a Dios!» (Ap 19: 10).
Tampoco debemos orar a los ángeles. Debemos orar sólo a Dios, quien es el único omnipotente y por consiguiente capaz de contestar la oración, y el único omnisciente por consiguiente capaz de oír las oraciones de todo su pueblo a la vez.
En virtud de su omnipotencia y omnisciencia, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo también son dignos de que se les ore, pero esto no es cierto de ningún otro ser. Pablo nos advierte en contra de pensar que pueda haber otro «mediador» entre nosotros y Dios, porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre» (1ª Ti 2: 5). Si oráramos a los ángeles, eso implícitamente les atribuiría un estatus igual al de Dios, y no lo debemos hacer. No hay ningún ejemplo en la Biblia de alguien que ore a un ángel específico o pida ayuda a los ángeles.
Es más, la Biblia no nos autoriza a que busquemos que los ángeles se nos aparezcan.

Estos se manifiestan sin que los busquemos. Buscar tales apariciones sería señal de curiosidad malsana o de un deseo de presenciar algo espectacular, en vez de señal de amor a Dios y devoción a él y su obra. Aunque los ángeles en efecto se aparecieron a personas en diferentes ocasiones en la Biblia, los individuos evidentemente nunca buscaron esas apariciones. Nuestro papel es más bien hablar al Señor, quien es el comandante de todas las fuerzas angélicas. Sin embargo, no parece ser errado pedir que Dios cumpla su promesa del Salmo 91: 11 y envíe a sus ángeles para protegernos en tiempos de necesidad.